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Hoy os recomiendo "The Satisfiers of Alpha Blue", uno de los mejores filmes que rodó el desaparecido pionero del cine porno Gerard Damiano. Los beneficios que le reportó "Deep Throat" (los primeros, él no vio ni un centavo de los millones que ha reportado a lo largo de los años), le permitieron realizar "The Devil in Miss Jones", verdadera muestra de su talento cinematográfico. Desde ahí, Damiano fue indagando en sus pasiones e inquietudes y en 1980 su ingenio dio lugar a esta maravilla.
Entre las muchas escenas dignas de mención, cabe destacar la preciosa y simbólica secuencia inicial, primera escena sexual del filme, que transcurre tras una pantalla roja a través de la cual sólo vemos siluetas (escena que Paul Thomas homenajeó hace poco en "Debbie Does Dallas... Again"). Otra es la de la cena de Bolla y Lysa Thatcher, donde él le ofrece vino, desaparecido desde hace tiempo, y le da de comer pollo asado, otro manjar olvidado en su futuro. En esta escena, sin aparente importancia, Bolla con sus palabras y actos y Damiano con la realización están haciendo un alegato por el libre albedrío y los placeres mundanos, desaparecidos en la sociedad de Alpha Blue. Para rematar, al final de los créditos, tras la carnal y excitante orgía final, tenemos un cameo del propio Damiano, que mira a la cámara con la satisfacción del voyeur que ha hecho bien su trabajo.
Para acompañar al filme de Damiano os traigo una excelente película del alemán Fritz Lang, "Metropolis". En 1927, al borde de la llegada del sonoro, Lang construyó, a partir del guión de su mujer Thea von Harbou, este pionero filme de ciencia ficción en el que nos habla de la represión y la lucha social. En ella, se conjugan la revolución social marxista y la organización social nacionalsocialista, haciéndose patente la fuerte influencia marxista de la época y la incipiente entrada del nazismo, del cual el filme recibió su censura así como las alabanzas de Hitler, que vivió maravillado por la visión de Lang.
En 1984, Giorgio Moroder decidió realizar un experimento con este filme e hizo su propia versión (sin la cual, posiblemente, la película original no se hubiera conservado hasta nuestros días). Realizó un nuevo montaje a partir la recopilación de todo el material existente, incluyendo todas las copias y fotografías de escenas perdidas encontradas poco antes. Eliminó los intertítulos y sustituyó algunos por subtítulos, tintó las imágenes mediante virado con diferentes colores, dependiendo del lugar donde se desarrollara la acción, añadió efectos sonoros y transformó su partitura clásica en una serie de temas pop-rock compuestos por él mismo y Pete Bellote e interpretados por grandes de los ochenta como Freddie Mercury. Así nació un espectacular remake de "Metrópolis," clásico instantáneo y olvidado del cine, que pone aún más de relevancia la genialidad de la obra de Lang.